jueves, 17 de enero de 2013

IX

Miércoles, Octubre 11, 2006

 

La verdad es que salí al receso que tenemos en el trabajo, mas que con hambre con antojo, y con eso de que ando seriamente cuidándome para poder correr más y mejor, pues la opción mas nutritiva y de paso barata, fue una barra de amaranto.

Así que ahí estaba yo esperando a cruzar la calle, y por demás pensando en las tantas cosas que tenia que hacer regresando al trabajo y comiendo mi barra de amaranto , cuando un niño de esos que venden chicles en los cruceros se acerco a mi a ofrecerme los chicles, yo le respondí que no, con mi mejor sonrisa, (digo el que no quiera a los niños no me da tampoco derecho a maltratarlos), y en eso yo creo que fue mi sonrisa la que lo inspiro para pedirme si le convidaba un pedazo de mi barra de amaranto…y pues que mas opción, ante el “estrujo” que sufrió mi corazón por ver su carita y escuchar su voz, pues le di la mitad de mi barra……

Por eso no me gustan los niños, porque por más metido que este uno en su vida, ellos siempre encuentran la manera de sacarte al mundo real.

No hay comentarios: