jueves, 17 de enero de 2013

VII

Lunes, Agosto 14, 2006

 

La verdad es que venia yo distraído escuchando a Joaquín Sabina en el Ipod y repasando mentalmente la FABULOSA experiencia sexual que había tenido hacia solo unos minutos atrás, lo que me volvió a al realidad era que ya estaba en el anden el tren del Metro y había que abordar, y fue entonces también cuando me di cuenta del cúmulo de personas que estaban a mi lado esperando, entre ellos un papá con dos niños uno de ellos de unos 6 años y otro calculo yo de 3, al cual traía en brazos, pero dada la pelotera tuvo que bajar par no caerse diciéndole al niño –agarrate!- y fue en ese momento en que sentí en mi mano, cual ardilla buscando el cuenco de un árbol, la diminuta mano del pequeñito que me miraba como si me conociera de años y me apretaba la mano, vamos que Remi y Candy o cualquier anime actual se quedaban metros atrás de los ojos de este chavito, mi única reacción posible fue agarrarle la mano, mientras que su papa me dijo –gracias- con una sonrisa.

Tres estaciones mas adelante se bajaron, y el pequeñito me dijo adiós con su manita.

Por eso no me gustan los niños, por CONFIANZUDOS

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